Cualquier forma de habla es una forma de persuasión en
cierta medida, ya que el emisor siempre intenta atraer al interlocutor hacia su
punto de vista. Sin embargo, en algunos
tipos de comunicación es donde se hace más patente la intencionalidad
persuasiva, entre ellos la publicidad o la política.
Debido a que, a diferencia de otros ámbitos, no se puede
hablar de un lenguaje político en sí, hay autores que prefieren hablar de
“comunicación política”. No puede
negarse que esta comunicación política es una forma de manejo de poder, por lo
que siempre están presentes factores
ideológicos o sociales, pero al final siempre encontramos unas constantes: la
presencia de un discurso público y los procesos persuasivos inherentes.
Mediante palabras se crea y se mide la realidad; saber
usarlas es la mejor manera de persuadir y esto es algo que desde el nacimiento
de la democracia en Grecia se ha explotado.
La retórica, el modo de manejarse con las palabras, los argumentos bien
esgrimidos, son la base del discurso político.
En la sociedad actual los políticos utilizan los medios y
los medios utilizan a los políticos.
Hace unos días, tuvo lugar el tan anunciado debate entre los candidatos
de los cuatro partidos mayoritarios, si bien el PP no fue representado por su
líder, algo muy comentado, como también lo fue la ausencia de otras formaciones
políticas. Ni fue ni ha sido el último
debate de la campaña actual, pero contó con una gran repercusión por tratarse
de un debate a cuatro.
El género del debate televisivo, cuenta con una gran
tradición en EE. UU, donde en 1960 ya se enfrentaron Kennedy y Nixon. Para el primer debate de este tipo en España hay que esperar hasta 1993, cuando se enfrentaron Felipe González y José Mª Aznar. Desde siempre, han contado con elevados
niveles de audiencia y siempre corren ríos de tinta tras ellos y afloran las tertulias que analizan el encuentro. Es por esto que
los debates se han convertido en una de las piezas fundamentales de las
campañas electorales y en ellos los candidatos tratan de persuadir al votante de que su partido es la mejor opción.
Clara de los Aires
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