En el primer post del humor
hablábamos, entre otras cosas, sobre la teoría de la superioridad y sobre cómo estaba
directamente relacionada con el humor étnico y el humor negro. Pero no solo eso, queremos hacer ver que, esta
teoría, va más allá y es aplicable a todo colectivo o incluso ser individual que posea una mínima diferencia con el otro.
Para ello, hemos realizado la lectura
de un cómic de Paco Roca, Memorias de un
hombre en pijama. Leamos las siguientes dos páginas.
La sonrisa que puede darse en
este caso, es explicable con la teoría de la superioridad. Nuestro
protagonista, como hombre adulto con pareja y sin hijos, en cierta manera, se
permite reír de la situación de aquellos amigos casados y con hijos porque
tienen ciertas obligaciones que cumplir, en esta ocasión, cuidar de sus hijos.
¿Por qué decimos que nuestro protagonista se siente superior? Podemos afirmar esto
debido a que como sus obligaciones son menores, posee en realidad más libertad,
una menor carga de responsabilidades y es ahí donde encontraremos la superioridad
del protagonista frente a esa carencia de sus amigos, es eso lo que le permite
relatar en estas dos viñetas esa situación en la que sonreímos justamente por
eso. También podríamos aplicar la teoría de la incongruencia ya que vemos que
los amigos con hijos de nuestro protagonista muestran una actitud en la que son
incluso capaces de presumir de su situación, cosa que luego vemos que el
protagonista pensará que es una simple invención, que en realidad su situación
es la contraria.
Quizás hayamos escuchado alguna
vez que el humor es intraducible, pues bien, es verdad, al menos, en cierta
medida. Y es que, desde el punto de vista de los padres que presumen de sus
hijos y alaban cada pequeño sacrificio, estas viñetas podrían no resultarles
graciosas, mientras que a un cuarentón con pareja, pero que ha decidido no
tener hijos podrían hacerle gracia. Del mismo modo, muchos otros chistes,
pensemos en los que una cultura se mete con un tópico de la otra y se ríe de
ello, pueden no entenderse no solo en otros idiomas (pensemos también en los
juegos de palabras), sino que pueden no ser traducibles a otras culturas, sobre
todo, cuando es la teoría de la superioridad la que más se adecua para explicar
el chiste. El límite del humor, vuelve a aparecer una vez más; un límite,
borroso, indefinido y quizás siempre destinado a serlo, justamente, porque
estamos hablando de un idioma, que a veces, puede no ser universal.
Crsitian Buenosvinos
Crsitian Buenosvinos
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