sábado, 12 de diciembre de 2015

¿Qué hay más cotidiano que el amor?


El amor está a la orden del día. Seguramente al acabar el día hayamos establecido alguna conversación tratando un tema amoroso. Quizás hayamos leído algún artículo relacionado con ello o hayamos escuchado a alguien hablar sobre el amor.
El amor es un concepto abstracto y complejo; complejo entenderlo y complejo cuando se siente y se quiere exteriorizar. Una forma de hacer más accesible la explicación de nuestros sentimientos es recurriendo a las metáforas.

Esto es algo que solemos hacer de una forma automática, bien cuando escribimos un mensaje a alguien querido, bien cuando expresamos oralmente nuestro amor.
Por una parte, la metáfora más popular en este ámbito es la que concibe el amor como un viaje, entendiendo que al estar enamorado y establecer una relación comienza un viaje, una suerte de aventura. Algunos ejemplos que solemos utilizar son: esta relación ha llegado muy lejos; nos queda un largo camino; esto no va por buen camino.

Por otra parte, podemos establecer una analogía entre el amor y la guerra. No es siempre fácil conseguir el amor, o si por caso, ya se tiene, mantenerlo; por lo que lo relacionamos con la guerra. El amor es una lucha constante. ¿Cuántas veces hemos oído eso de venció el amor? En estos caso hemos utilizado dos términos bélicos: luchar, que tendrá connotaciones negativas, y vencer, que tiene un carácter positivo.



Asimismo, se puede relacionar el amor con el fuego: tengo el corazón en llamas, en lugar de decir estoy enamorado, con el fin de otorgar mayor intensificación.
Para concluir, algunas de las metáforas más recurrentes son :
- estar en las nubes: estar felizmente enamorado
- romper(se) el corazón: dar una negativa al amor
- estar loco por una mujer/  un hombre : relaciona el enamoramiento con la locura
- encontrar tu media naranja : esa mitad que te compenetra; como si cada persona fuese solo una mitad  y debiera encontrar la otra mitad para completarse.

En fin, la metáfora nos ayuda en nuestro día a día a expresarnos de una forma más familiar y accesible, nos ayuda traducir la voz que dicta el corazón.



Patricia García

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